Se fue derrumbada de pie
en un manto de estelas
que al canto de la plegaria
armaron los ojos.Un repertorio erizadosobre el aullido de nadie
parecía salvarlade lo que la apresó.Un monedero de luto
se dejaba llevar por el juego
pero el hombre la deshacía
descomponía un clavel morocho
en el lupanar de la gargantay envuelta en la florde la mañanamoría como una goteraque explotaba en las bragas.